¡Oh Casto y Origen de Todopoderoso! Yo me entrego por hijo tuyo, y en honor y salvación de tu pureza, te ofrezco mi alma y cuerpo, mis potencias y sentidos y te suplico me alcances la Gracejo de no cometer en absoluto pecado alguno. Amén. Contenido publicado en Píldoras https://thebookmarkid.com/story17800613/la-regla-2-minuto-de-oraciones-del-consagrado